La semana Santa usualmente es la época en la que pensamos en el sufrimiento que Jesús padeció por nosotros en la cruz. Puedo imaginar muy bien la escena, de hecho, cuando a menudo pensaba en los horrores por los que tuvo que pasar Jesucristo por mí. Yo me sentía culpable porque mi pecado causó que Jesús tuviera que pasar por todo ello. Ese tipo de pensamiento es erróneo. Jesucristo murió voluntariamente en la cruz por nosotros.

Él lo hizo por amor a nosotros. El sufrió para que pudiéramos vivir. Mas que todo, Jesús quiere que recordemos lo que tenemos. El intercambió su vida por nosotros. Jesús pudo soportar la cruz porque sabía lo que ello haría por nosotros. El saber el resultado final hacía que valiera la pena.


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